Llevamos años solicitando al Ayuntamiento el cuidado y mantenimiento de este parquecito urbano, situado en la calle Ruperto Chavarri cerca del Colegio Público San José Obrero, que desde su creación durante el mandato del Alcalde José Martín Crespo, hace más de 30 años, ha sido un lugar de encuentro entre vecinos que buscan un lugar tranquilo para el descanso, leer, observar a los pájaros, tomar el sol o charlar en pequeños grupos saboreando la lentitud. Hay publico de mañana, tarde y noche. Por las mañanas, sobre todo cuando los días lo permiten por su bonanza, son las personas mayores dando cortos paseos. Padres, madres y niños se juntan animadamente en el parquecito cuando terminan las clases en el cercano Colegio San José Obrero, y cuando anochece chicas y chicos jóvenes forman animados corrillos sentados en el césped (a veces algo más que animados), Pues bien, este parquecito vivo y entrañable está perdiendo su armonía por la contumaz e incivil presencia de personas que llevan a sus perros al parque para que hagan allí sus necesidades llenando todo de orines y cacarrotas, que allí quedan por tiempo y tiempo, impidiendo que los niños, niñas, padres y madres, jóvenes y personas mayores puedan usar el parquecito con tranquilidad.
Pues bien, hace unos días un grupo de madres y padres, vecinos del barrio, que llevan a sus hijos al colegio San José Obrero, organizaron una jornada de sensibilización por «Parques limpios de cacas» que resultó simpática y llena de colorido. A las 16,30 del jueves 4 de noviembre un grupo entusiasta de niños, niñas, padres, madres, vecinos y vecinas, cargados de rollos de papel, archiperres para pintar y banderitas rojas para señalizar las cacarrotas, llegaron al parque, hicieron carteles reclamando «Parques limpios» y señalizaron con sus banderitas 40 cacarrotas, a pesar de que los servicios de mantenimiento y limpieza del parque habían estado allí el día anterior.
El Parque Ruperto Chavarri está formado por tres espacios que pueden admitir usos diferentes. En la parte alta está la zona infantil con juegos, zonas de césped y areneros que se interrumpe por una zona de estancia y descanso con bancos, arboles y más césped, para dar paso a la parte baja, junto a calle Encarnación con suelo de guijo, bancos y dos magníficos olivos de cierre, que Filomena castigó con saña, rodeados de un amigable césped. El parque dispone de papeleras suficientes y dispensadores de bolsas para cacarrotas. El Ayuntamiento tiene en sus manos preservar este entrañable rincón del barrio.

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